jueves, 26 de diciembre de 2013
sábado, 21 de diciembre de 2013
Solsticio de invierno
Coro de lalilditis en su actuación durante los festejos del Solsticio de Invierno en la feria de Santo Tomás
Que el camino salga a tu encuentro
Que el viento siempre esté detrás de ti
Y la lluvia caiga suave sobre tus campos...
Que el viento siempre esté detrás de ti
Y la lluvia caiga suave sobre tus campos...
(Bendición celta para el Solsticio de Invierno)
sábado, 30 de noviembre de 2013
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Cleopatra y el conde Sisebuto
Κλεοπάτρα, compuesto de κλέος (gloria) y πατήρ (padre), gloria del padre.
El conde Sisebuto
(Joaquín Abati Díaz)
A cuatro leguas de Pinto
y a treinta de Marmolejo,
existe un castillo viejo
que edificó Chindasvinto.
Lo habitaba un gran señor,
algo feudal y algo bruto;
se llamaba Sisebuto
y su esposa, Leonor,
y Cunegunda, su hermana,
y su madre, Berenguela,
y una prima de su abuela
que atendía por Mariana,
y su cuñado, Vitelio,
y Cleopatra, su tía,
y su nieta, Rosalía,
y su hijo mayor, Rogelio.
Era una noche de invierno,
noche cruda y tenebrosa,
noche sombría, espantosa,
noche atroz, noche de infierno,
noche fría, noche helada,
noche triste, noche oscura,
noche llena de amargura,
noche infausta, noche airada.
En un gótico salón
dormitaba Sisebuto,
y un lebrel seco y enjuto
roncaba en el portalón.
Con quejido lastimero
el viento fuera silbaba,
e imponente se escuchaba
el ruido del aguacero.
Cabalgando en un corcel
de color verde botella,
raudo como una centella
llega al castillo un doncel.
Empapada trae la ropa
por efecto de las aguas,
¡como no lleva paraguas
viene el pobre hecho una sopa!
Salta el foso, llega al muro,
la poterna está cerrada.
- ¡Me ha dado mico mi amada!
-exclama-, ¡vaya un apuro!
De pronto algo que resbala
siente sobre su cabeza;
extiende el brazo y tropieza
con la cuerda de una escala.
- ¡Ah!... -dice con fiero acento.
- ¡Ah!.. -vuelve a decir gozoso.
- ¡Ah!.. -repite venturoso.
- ¡Ah!.. -otra vez, y así, hasta ciento.
Trepa que trepa que trepa,
sube que sube que sube,
en brazos cae de un querube,
la hija del conde,... ¡la Pepa!
En lujoso camarín
introduce a su adorado,
y al notar que está mojado
lo seca bien con serrín.
- Lisardo... mi bien, mi anhelo,
único ser al que adoro,
el de los cabellos de oro,
el de la nariz de cielo,
¿qué sientes, di, dueño mío?,
¿no sientes nada a mi lado?,
¿qué sientes, Lisardo amado?
Y él responde: - Siento frío.
- ¿Frío has dicho? Eso me espanta.
¿Frío has dicho? eso me inquieta.
No llevarás camiseta
¿verdad?... pues toma esta manta.
- Y ahora hablemos del cariño
que nuestras almas disloca.
Yo te amo como una loca.
- Yo te adoro como un niño.
- Mi pasión raya en locura,
- La mía es un arrebato.
- Si no me quieres, me mato.
- Si me olvidas, me hago cura.
- ¿Cura tú?, ¡Por Dios bendito!
No repitas esas frases,
¡en jamás de los jamases!
¡Pues estaría bonito!
Hija soy de Sisebuto
desde mi más tierna infancia,
y aunque es mucha mi arrogancia,
y aunque es mi padre muy bruto,
y aunque temo sus furores,
y aunque sé a lo que me expongo,
huyamos... vamos al Congo
a ocultar nuestros amores.
- Bien dicho, bien has hablado,
huyamos aunque se enojen,
y si algún día nos cogen,
¡que nos quiten lo bailado!
En esto, un ronco ladrido
retumba potente y fiero.
- ¿Oyes? -dice el caballero-,
es el perro que me ha olido.
Se abre una puerta excusada
y, cual terrible huracán,
entra un hombre..., luego un can...,
luego nadie..., luego nada...
- ¡Hija infame! -ruge el conde.
¿Qué haces con este señor?
¿Dónde has dejado mi honor?
¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?
Y tú, cobarde villano,
antipático, repara
cómo señalo tu cara
con los dedos de mi mano.
Después, sacando un puñal,
de un solo golpe certero
le enterró el cortante acero
junto a la espina dorsal.
El joven, naturalmente,
se murió como un conejo.
Ella frunció el entrecejo
y enloqueció de repente.
También quedó el conde loco
de resultas del espanto.
El perro... no llegó a tanto,
pero le faltó muy poco.
Desde aquel día de horror
nada se volvió a saber
del conde, de su mujer,
la llamada Leonor,
de Cunegunda su hermana,
de su madre Berenguela,
de la prima de su abuela
que atendía por Mariana,
de su cuñado Vitelio,
de Cleopatra su tía,
de su nieta Rosalía
ni de su chico Rogelio.
Y aquí acaba la leyenda
verídica, interesante,
romántica, fulminante,
estremecedora, horrenda,
que de aquel castillo viejo
entenebrece el recinto,
a cuatro leguas de Pinto
y a treinta de Marmolejo.
martes, 5 de noviembre de 2013
enlace de Theodhildis y Erik el Rojo
Thorvald Asvaldsson y Asdisildis Ulfjengorgen
y
Jorund Ulfsson y Thorbjorg-Pecho de Barco
Participan el enlace matrimonial de sus hijos
Theodhildis y Erik el Rojo
Y tienen el honor de invitarles a la ceremonia civico-religiosa-mistérica-carnavalesca que se celebrará algún día de estos en su tierra de adopción, en la vieja Castilla del Ebro, después de sus aventuras y desventuras a través de las frías tierras de Islandia y Groenlandia, además de Jutlandia, Finlandia y Lalildislandia.
Aventuras y desventuras de las que podrán informarse en los documentos que adjuntamos a continuación y que deben traer aprendidos de memoria para poder participar en la recitación que tendrá lugar tras la ceremonia nupcial
y
Jorund Ulfsson y Thorbjorg-Pecho de Barco
Participan el enlace matrimonial de sus hijos
Theodhildis y Erik el Rojo
Y tienen el honor de invitarles a la ceremonia civico-religiosa-mistérica-carnavalesca que se celebrará algún día de estos en su tierra de adopción, en la vieja Castilla del Ebro, después de sus aventuras y desventuras a través de las frías tierras de Islandia y Groenlandia, además de Jutlandia, Finlandia y Lalildislandia.
Aventuras y desventuras de las que podrán informarse en los documentos que adjuntamos a continuación y que deben traer aprendidos de memoria para poder participar en la recitación que tendrá lugar tras la ceremonia nupcial
Más información sobre el novio este rojillo, que parece buen chico para nuestra Theodhildis: aquí
miércoles, 30 de octubre de 2013
1001 noches con Sherezade
Su voz de terciopelo de suave y dulce acento
se engarza en los arpegios de un mágico violín;
un arpa evoca olas en un vaivén sin fin:
La hermosa Sherezade está contando un cuento.
Simbad recorre el mar con todo el trapo al viento
de vuelta hacia Bagdad, portando su botín;
hay fiesta en un palacio con danzas y un festín,
y un preso ifrit se queja con lánguido lamento.
Hermosa Sherezade,
tu ingenio te ha salvado,
cautivo de tu encanto con lazo tan sutil,
el cruel sultán Shahriar te escucha embelesado;
el alba ya se anuncia en rosa sobre añil,
el rey debe marcharse, el cuento no ha acabado,
y así pasa una noche y pasan otras mil.
Sherezade acompañada por su hermana Dunyasad
jueves, 24 de octubre de 2013
Primer encuentro internacional de lalildis
Algunas de las asistentes al Primer Encuentro Internacional de Lalildis que ha tenido lugar esta semana en La Behetría
jueves, 17 de octubre de 2013
lunes, 7 de octubre de 2013
una lalildis es portada en una revista
La revista Totmusicat muestra en la portada de su último número a nuestra Beth, toda una lalildis viajera y amante de la música de autora...
aniversarilditis
aniversarilditis. (del cas. aniversario y lalilditis) f. Dícese de las lalilditis que se dedican con pasión y gran devoción a la celebración de fiestas de aniversario, cumpleaños y similares.
lunes, 16 de septiembre de 2013
había una beth...
... una lalildis que se llamaba beth...
vestía un bonito vestido con camiseta azul y sobre ella una pequeña chaquetita de punto...
cambiaba su estilo al quitarse el vestido y quedar con bombachos y chalequito...
acaba de nacer y ya está de viaje hacia su destino...
lunes, 9 de septiembre de 2013
las lalildis con la Escola La Serra
porque queremos aprender a aprender
porque queremos aprender a vivir
porque queremos vivir aprendiendo
porque queremos aprender viviendo
porque queremos vivir viviendo
porque queremos aprender aprendiendo
apoyamos el proyecto de la Escola La Serra
domingo, 8 de septiembre de 2013
miércoles, 4 de septiembre de 2013
domingo, 18 de agosto de 2013
Ilde y Pilar emprenden su viaje hacia el mar
Perdón, Madona del Pilar, si llego
al par que nuestro amado florentino,
con una mata de serrano espliego,
con una rosa de silvestre espino.
¿Qué otra flor para ti de tu poeta
si no es la flor de la melancolía?
Aquí, sobre los huesos del planeta
pule el sol, hiela el viento, diosa mía,
¡con qué divino acento
me llega a mi rincón de sombra y frío
tu nombre, al acercarme el tibio aliento
de otoño el hondo resonar del río!
Adiós: cerrada mi ventana, siento
junto a mi un corazón... ¿Oyes el mío?
al par que nuestro amado florentino,
con una mata de serrano espliego,
con una rosa de silvestre espino.
¿Qué otra flor para ti de tu poeta
si no es la flor de la melancolía?
Aquí, sobre los huesos del planeta
pule el sol, hiela el viento, diosa mía,
¡con qué divino acento
me llega a mi rincón de sombra y frío
tu nombre, al acercarme el tibio aliento
de otoño el hondo resonar del río!
Adiós: cerrada mi ventana, siento
junto a mi un corazón... ¿Oyes el mío?
Antonio Machado, Soneto a Guiomar
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