Su voz de terciopelo de suave y dulce acento
se engarza en los arpegios de un mágico violín;
un arpa evoca olas en un vaivén sin fin:
La hermosa Sherezade está contando un cuento.
Simbad recorre el mar con todo el trapo al viento
de vuelta hacia Bagdad, portando su botín;
hay fiesta en un palacio con danzas y un festín,
y un preso ifrit se queja con lánguido lamento.
Hermosa Sherezade,
tu ingenio te ha salvado,
cautivo de tu encanto con lazo tan sutil,
el cruel sultán Shahriar te escucha embelesado;
el alba ya se anuncia en rosa sobre añil,
el rey debe marcharse, el cuento no ha acabado,
y así pasa una noche y pasan otras mil.
Sherezade acompañada por su hermana Dunyasad